Seductora y elegante, esta archtop es tan bonita que dan ganas de llorar.
La Gibson ES-165 Herb Ellis es una desconocida para el gran público, nunca ha sido una super ventas y vive a la sombra de su hermana gemela rica, la ES-175. Si algunos supieran que existe, se lo pensarían antes de pretender a su hermanita, ya que esta se vendría con nosotros por bastante menos dinero y disfrutaríamos con ella igual.
Este modelo despierta controversias sobre su fidelidad histórica, ya que Herb Ellis nunca usó una 175 con pastilla flotante. La guitarra que más tiempo acompañó a Herb fue una ES-175 que compró nueva en 1953, con una única humbucker en el mástil. También tocó una 175 con una P90, una 175 con dos pastillas y una Aria Pro II «Herb Ellis» que le hicieron a medida y que realmente se podría considerar como su modelo «signature». Esta última se fabricó en Japón, estuvo en catalogo de 1978 hasta finales de los 80 y es bastante difícil de encontrar, pero por otro lado tampoco está muy solicitada que digamos.
Gibson le propuso a Herb Ellis a finales de los 80, hacerse endorsed y dejarse la Aria esa japonesa, que venía a ser como los chinos ahora. Después de toda su vida tocando con Gibson, cuando vieron que era famoso y se iba con otros les entró el interés. Total, que Herb les dijo que si, que se iba con ellos y le hicieron un modelo «signature» que no era más que el que había estado tocando desde el 53 hasta que se pasó a la Aria.
La primera versión de este modelo fue lanzada en 1991 y tenía unas cuantas diferencias con esta que nos ocupa hoy. Llevaba una humbucker 490R encastrada, como el modelo de 175 que usaba Herb y tenía controles de volumen y tono en la tapa. También llevaba la firma de Herb Ellis en la pala, en lugar de la típica «corona» de Gibson. En un principio fue fabricada en Nashville, pasando más tarde la producción a la factoría de Memphis.
Todos los datos oficiales y extra oficiales, aseguran que el primer año de fabricación de la ES-165 Herb Ellis con pastilla flotante fue 2004, pero parece ser que no. Según su número de serie, esta 165 está construida en 2003 en Memphis, concretamente en agosto de dicho año, por lo que puedo afirmar y afirmo (con pruebas), que la Gibson ES-165 con pastilla flotante se empezó a fabricar en 2003.
Durante unos pocos años se fabricó un modelo llamado ES-165 Plus, que llevaba dos humbuckers en lugar de una. Esta era exactamente igual a una 175 normal, pero con un precio más reducido, posiblemente por eso dejaron de fabricarla, para no hacerse la competencia a sí mismo, para eso Gibson ya tiene a Epiphone.
Sea como fuere, tenemos un curioso ejemplar para analizar.
CÓMO ES
Básicamente estamos ante una ES-175, con alguna pequeña diferencia pero vamos, es exactamente igual salvo por la pastilla flotante y el pote de volumen.
Como decía al principio, es de una belleza que dan ganas de morderla. El sombreado ámbar le da un toque elegante y regio y los herrajes dorados la hacen especialmente llamativa. Sé que a muchos no les gusta este tipo de herrajes por ostentosos, pero amigo, si tuvieras esta dama delante igual cambiabas de opinión.
El brillo de la laca nitrocelulosa aporta calidez al conjunto.
Toda la caja es de contrachapado de arce con álamo, según unos y todo arce, según especificaciones técnicas de la marca. Por el peso debe ser todo arce, ya que el álamo aligera bastante y no estamos ante una guitarra ligera para ser hueca. Va bordeada con un binding blanco (qué bien le habría quedado en crema en vez de blanco!!) y es ligeramente más estrecha que la 175, pero solo 0’5 cm. Como es normal, la tapa de arce rizado que queda a la vista es una fina lámina de unas décimas de milímetro.
El dibujo de la chapa de los aros es también bonito, sin necesidad de rizo. El tinte lo remarca.
Aunque peque de repetitivo tengo que decirlo. Siempre me ha parecido un contrasentido poner pastillas flotantes en guitarras de tapa laminada. Con este tipo de pastillas se busca conseguir el sonido más fiel posible al de la guitarra sin amplificar y para eso se colocan en guitarras con tapa maciza, que tienen una acústica superior en volumen y en tono a las de tapa laminada. No es lógico hacer una guitarra con tapa laminada y luego ponerle una pastilla flotante para recalcar su sonido acústico. Si quieres sonido acústico, pues construye una guitarra de maderas macizas y déjate de tonterías. En fin, aquí esta, y el que quiera una archtop de madera maciza de verdad que empeñe el piso y se compre una Gibson Legrand, que para eso la fabricamos.
Su volumen sin amplificar es poco y sin matices para el cajón que tiene.
El cordal de trapecio en zig-zag o «squiggle» es típico de las 175 vintage y mola, fue un acertado diseño en su día y lo portaban las 175 de los años 50.
El puente flotante tiene la base de palosanto y un bonito diseño, algo diferente al de la 175, con un poco de curva en la base de madera, bajo el ABS1. El puente ABS1 es prácticamente igual que el tune-o-matic.
Efes pequeñas y golpeador grande de cinco capas. El golpeador ha sido «operado» y le queda una cicatriz.
El mástil tiene perfil en «C» gorda, un mástil para machotes, con diapasón de palosanto muy claro con radio de 12″ e incrustaciones en paralelogramo partido.
Los 20 trastes son los clásicos de esta guitarra, con su acabado de binding bastante correcto, aunque se nota un poco el trabajo de la lima en esta parte, no es el desastre que he visto en otras Gibson. La acción está bastante bien, 1’6 mm. en la primera en el traste doce, menos de eso ya es jugar con fuego y sacrificar definición por comodidad, si la guitarra lo permite, claro.
La pala es la típica, con su «corona» incrustada y el ancho de cejilla es de 1 11/16″, unos 41’2 mm. y el tiro corto es el clásico de Gibson 24’75». Las clavijas son Grover Keystone Rotomatics de ratio 14:1, sólidas y fiables.
Viene en un estuche TKL canadiense de lujo.
CÓMO SUENA
Originalmente esta guitarra solamente llevaba un pote de volumen en el golpeador, pero al dueño le pareció poco y le colocó un tono también, además puso los dos en la tapa, como iban colocados en la primera Herb Ellis, la de la humbucker. Creo que fue un acierto ya que no concibo una guitarra de jazz sin control de tono, y menos esta. También cuenta que al colocarle los potes sobre la tapa, esta vibrará menos todavía de lo que vibra una tapa de arce laminado, que es poco, ayudándonos a obtener un tono ligeramente más oscuro, poco pero algo hará.
La pastilla es una mini humbucker Gibson BJB diseñada por Bruce Bolan, va pegada al golpeador y separada de la tapa.
Unos de los problemas de este método de sujeción de la pastilla es que cuesta muchísimo trabajo cambiar la separación entre esta y las cuerdas, de hecho a su dueño le parecía que estaba demasiado pegada y no sabía cómo moverla. Es una operación relativamente sencilla para un profesional, pero hay que desmontar el golpeador, despegar la pastilla, etc, y si no somos algo hábiles con las herramientas, lo mejor es llevar la guitarra a alguien que sepa y no intentar hacerlo nosotros, que luego vienen los sustos.
La BJB tiene un carácter bastante estridente pero usando el tono se puede conseguir un sonido más que aceptable. Recuerdo que la primera vez que probé una de estas guitarras, tenía la electrónica original, es decir solamente un volumen. Me quedé bastante espeluznado por el tono chillón que entregaba, recuerdo que pensé que esa guitarra no valía para nada. Pues no es así, al menos teniendo la posibilidad de graduar el tono, sin esa posibilidad… confirmo mi primera impresión.
Creo que la colocación de un pote de tono, aunque sea en el golpeador, es imprescindible en esta guitarra y realmente gana en sonido y posibilidades.
No admite efectos, pero ¿quién va a comprar esta guitarra para meterle distorsión?
LAS SORPRESAS DE GIBSON
El acabado en la Gibson es una lotería, eso ya lo hemos asumido. Parece que no ponen demasiado interés en «esos pequeños detalles» que a nosotros los guitarristas y consumidores finales de estas guitarras, previo gran y doloroso desembolso, nos parecen tan importantes.
También debo decir, en honor a la verdad, que hasta ahora no he probado una Gibson que suene mal, con mejor o peor acabado, todas sonaban a Gibson, es decir, bien y con mucho cuerpo. Es cierto que las guitarras de los 50 suenan mejor, pero es que cualquier eléctrica de esa gloriosa época suena mejor que las de ahora, sea de la marca que sea, tal vez por la curación de las maderas, por la calidad de estas, por la mano de obra o por todo eso junto. La marca Gibson igualmente es la responsable de las mayores y mejores innovaciones que se ha hecho en las archtop, amén de la constructora de muchas de las mejores guitarras de caja de todos los tiempos, piezas insustituibles que hoy en día solamente las pueden poseer adinerados coleccionistas o cuatro músicos elegidos, ya que no están al alcance de un músico profesional «standard» por una evidente cuestión económica.
Un día, hablando con Joan Soler, gran guitarrista de jazz y orgulloso poseedor de una ES-175 de la era Norlin, creo que de finales de los 70, me comentaba que era una buena guitarra y que había llegado hasta el día de hoy en perfectas condiciones. Alrededor de cuarenta años de trote y ahí estaba, con su desgaste lógico pero como si nada. El planteaba la pregunta: ¿Cómo aguantarán el paso del tiempo las guitarras que se están haciendo hoy?
Hecha esta pequeña introducción os cuento más.
Me gusta ver las guitarras por dentro, como sabréis. Siempre que tengo la posibilidad de desmontar las pastillas lo hago para ver como es el acabado interior, este nos habla y nos cuenta secretos que por fuera no se pueden apreciar, lo esencial es invisible a los ojos. Con esta 165 no había posibilidad de desmontar la pastilla para verle las partes íntimas, así que cogí un pequeño espejo y una linterna y procedí a conocerle las tripas y… sorpresa!
El acabado interior estaba bastante limpio, no había una sola gota de cola fuera de sitio pero al observar las varillas paralelas de refuerzo de la tapa me encontré con que una de ellas parecía despegada. Después de observarla bien vi que no estaba despegada, sino mal cortada, de forma que no llegaba a la tapa. Aproximadamente 8-9 cm. de varilla estaban sueltos o no-pegados mejor dicho, es decir, no cumplían ninguna función de refuerzo. La varilla sin pegar era la de la parte de arriba (si nos ponemos la guitarra en posición de tocar) y el trozo concreto era el más cercano al mástil, para que me entendáis. Aunque esa parte de la tapa no tiene que aguantar la misma presión que la zona de debajo del puente, una varilla pegada así no es un trabajo bien hecho, más bien es una chapuza.
Intenté hacerle unas fotos, aunque han quedado bastante psicodélicas pero si os fijáis se ve algo. Pinchando sobre la foto la podéis ver más grande y echándole un poco de imaginación, más claro:
¿Cómo aguantará el paso del tiempo esta guitarra? Vosotros mismos.
Creo que los señores de Gibson debería tener un respeto por lo que representa o representaba ese nombre, ya que no lo tienen por sus consumidores entre los que no me cuento, y no hacer esas chapuzas. Vamos señores, que no les debe resultar tan difícil hacer bien las guitarras, que se dedican a eso!
Aunque teniendo en cuenta que, según el número de serie, esta guitarra fue la setecientos y pico que numeraron ESE DÍA, se entiende todo mejor.
CONCLUSIONES
Salvando los defectos de fabricación, las Gibson son buenas guitarras sin duda, y aunque no lo parezca, lo digo totalmente en serio, solo que visto lo visto, deberían ser más baratas, bastante más.
Para los que busquen una 175 más económica, esta puede ser una buena opción. Se puede conseguir un sonido bastante parecido, aunque con algo menos de cuerpo y más definición. El tacto y tamaño es prácticamente el mismo y también lleva en la pala el nombre mágico.
El modelo de ES-165 que lleva la pastilla encastrada sí que suena exactamente igual que una 175 y se puede encontrar de segunda mano por el mismo precio que esta.
Al parecer se dejó de fabricar en 2013 pero aún se pueden encontrar algunas a la venta. Su precio está entre los 2.400 y 2.800 euros, dependiendo de la tienda, aunque la he llegado a ver por 2.200 en una liquidación de una tienda holandesa.
RESUMEN DE DATOS TÉCNICOS
- Caja: 16″. Tapa, aros y fondo de arce laminado.
- Ancho: 8’5 cm.
- Mástil: Caoba de una pieza.
- Diapasón: Palosanto
- Escala: 24’75
- Radio: 12″
- Clavijas: Grover Keystone Rotomatics de ratio 14:1
- Trastes: 20 medium.
- Pastillas: Mini humbucker flotante BJB.
- Controles: Originalmente solo volumen, en el golpeador.
- Puente: ABR1, sobre base de palosanto.
- Peso: 3’150 Kg.
FOTILLOS.
Pude disponer de esta guitarra muy poco tiempo, así que tuve que hacer una sesión nocturna de fotos, con luz eléctrica y eso siempre se nota, aunque no han quedado mal.
PINCHANDO SOBRE LA FOTO PODÉIS VERLA EN GRANDE
VÍDEO
Grabado con micro SENNHEISER e906. Reverb Hardwire rv-7.
Tarjeta de sonido Edirol FA-66.
Sonido sin procesar.
Audio en MP3, a 192 kbps. Es aconsejable escucharlo con auriculares, si no tienes unos buenos altavoces en tu PC.
Esta demo fué grabada a «muerte súbita» porque se tenían que llevar la guitarra y lo hice deprisa y corriendo. No tengáis en cuenta la interpretación, realmente el vídeo es para escuchar como suena la guitarra 🙂
Gracias a...
Una vez más, Eddy Berte, que se está convirtiendo en nuestro proveedor oficial de guitarras y amplis. Gracias tío!
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Entre unas cosas y otras he pasado casi dos meses sin publicar, pero tengo mis razones. Estoy terminando de arreglar mi nuevo estudio, construyendo un armario-vitrina para mis guitarras que ya os lo enseñaré cuando esté acabado (igual hago un «como se hizo» si no lo quemo antes, que me tiene frito), criando a Pablo 2.0, que ya gatea y nos lleva locos y sacando al perro a pasear. De vez en cuando también trabajo.
Sea como sea, aunque no muy puntual aquí estaré, no pienso abandonar mi blog, él no me lo haría a mi.
Salud y bolos buenos.