Este pequeño valvular tiene una imagen poco llamativa, puede pasar desapercibido en una tienda de música llena de amplificadores mucho más grandes y vistosos, a no ser que se te ocurra probarlo, entonces te vas a acordar de él.
¿Un amplificador de válvulas para tocar jazz? Por supuesto que sí, como en la vieja escuela, no olvidemos que antes de que existieran los transistores todos los guitarristas usaban válvulas y ahí tienes los grandes tonos de Kenny Burrell o Wes Montgomery, sin ir más lejos. Actualmente parece obligatorio usar un amplificador de transistores para tocar jazz, pero afortunadamente esa tendencia está cambiando poco a poco, gracias a valvulares como el que vamos a ver hoy.
El Koch Studiotone fue presentado en la feria NAMM en 2004 y desde entonces se ha convertido en el producto estrella de la marca. Un año después de sacarlo al mercado, aprovechando la buena aceptación del Studiotone, presentaron el mismo amplificador en versión cabezal y posteriormente la versión «XL», con 40 vatios de potencia, para los que se les quedaran cortos los 20 del hermano pequeño. Después, en 2011, sacaron a la venta una edición limitada del Studiotone con una imagen mucho más glamurosa, tapizado en blanco, con el frontal de los controles en negro y las perillas tipo «chicken head», aunque el interior sigue siendo el mismo. Ya hay Studiotones para todos los gustos y necesidades.
Dolf Koch es el fundador de esta pequeña empresa holandesa que diseña y fabrica amplificadores desde 1988. Este señor lleva construyendo amplificadores de válvulas desde que tenía 9 años, si, no he olvidado poner un uno delante del nueve, 9 añitos tenía cuando montó su primer ampli de kit. Poco tiempo después se hizo un ampli para enchufar la guitarra con una vieja radio de válvulas de sus padres, vamos, que este hombre te coge el microondas y te hace un ampli, de transistores eso sí. Además ha sido guitarrista profesional, es decir, sabe qué busca un guitarrista en un amplificador y cuáles son sus necesidades prioritarias.
Ahora que ya tiene una edad, pues no es de extrañar que haga estupendos amplificadores de diseño propio. Según mi técnico electrónico de confianza, el Studiotone tiene un diseño muy inteligente y también resulta cómodo para reparar.
Koch se está haciendo poco a poco un nombre en el vasto mundo de los amplificadores. Todo el que ha probado uno, ya sea este modelo o cualquier otro, habla bien de la marca y desde luego esa es la mejor publicidad que puede tener.
CARACTERISTICAS
Este pequeño combo pesa 14’8 kilos y mide 45 cm. de alto, 44 de ancho y 23 de fondo, datos que curiosamente no coinciden con los que da el fabricante (50x47x28 y 17’5 Kg.), pero lo tengo a mi lado y acabo de medirlo y pesarlo, así que lo puedo afirmar con seguridad. El mío es de 2008 y le coloqué unas patas Fender para inclinarlo y que mire para arriba, en vez de usar la típica caja de cerveza para que esté en alto, si descontamos el peso de las patas aún pesará menos.
Es muy fácil de transportar, como nos gusta a los guitarristas comodones. El mueble es de contrachapado de abedul de 15 mm.
Entrega 20 W en Clase A con dos válvulas EL84, potencia más que suficiente para tocar en grupos pequeños o grandes de jazz, aunque para otros estilos más estrepitosos puede ser que se quede corto, sobre todo si quieres tener un umbral de limpio alto, pero para eso está el XL con el doble de potencia (y casi de peso). Realmente los 20 W de este ampli dan mucho de sí y sorprende el sonido que sale de un mueble tan pequeño.
El altavoz es italiano, de la marca Sica, los fabricantes desde 1990 de los actuales altavoces Jensen. Es de 12″ y viene etiquetado como VG12-60, construido especialmente para Koch. Gran parte de la personalidad del sonido del Studiotone se debe a este altavoz.
Por curiosidad, ya que estoy muy satisfecho con su sonido, lo he probado con otros altavoces y suena totalmente diferente, perdiendo los medios tan agradables que saca con el Sica y ganando en agudos, algo que para mí, que me gustan las guitarras más oscuras y con buenos medios, es un contratiempo. Los altavoces que he probado han sido: Celestion Black Shadow (pantalla 2×12 Mesa Boogie), Celestion V-30 y Celestion Alnico Gold (en mueble de Lonestar Special). En todos los casos he obtenido el mismo resultado: sonido demasiado brillante para mi gusto. Por contrapartida el ampli gana muchísimo conectándolo a una pantalla de 2×12, ahí si que suena grande!
PANEL FRONTAL
En la fachada del ampli no hay grandes sorpresas, salvo un par de micro selectores, todo es bastante normal.
A la izquierda tenemos la entrada, como suele ser normal.
A su lado hay dos micro selectores, el primero para cambiar de canal entre los tres canales que tiene el Studiotone: Clean, Overdrive y Overdrive+. Con el amplificador viene un pedal para cambiar de canal. Al lado de este selector hay otro igual para elegir la cantidad de ganancia que queremos darle, independientemente de cómo ajustemos el pote de Gain. Tiene tres posiciones: L (baja), M (media) y H (alta). Se pueden conseguir muchos y muy diferentes matices jugando con este selector y el Gain.
El primer potenciómetro es el volumen general, no tiene ningún secreto.
El segundo y tercer pote son para el canal Overdrive: Gain y Volumen. Como decía antes, combinados con los micro selectores de ganancia podemos conseguir infinidad de tonos saturados diferentes.
Los siguientes tres potes son para la ecualización, graves, medios y agudos. Tienen una curva de realce-atenuación muy suave y no obran cambios drásticos, suman o quitan muy recatadamente y se agradece, el amplificador de por sí ya está bien ecualizado y tiene poco margen de error.
A continuación tenemos otros dos micro selectores que, para mí, son el alma del Studiotone. El primero (Mid Shift) solo tiene dos posiciones y es un realce de medios, juega con las frecuencias de 800 Hz y 1.2 kHz. Si lo ponemos para arriba añade medios y si lo dejamos abajo está desconectado. El otro micro selector (Bright) es de tres posiciones y afecta a los agudos. En la posición central está desactivado, para arriba añade agudos y para abajo los recorta. Usando estos dos micro selectores combinados tenemos una amplia gama de matices para perfilar el sonido a nuestro gusto.
El último pote es el de Reverb.
A la derecha del todo están los interruptores de encendido y apagado: Standby y Power, que la verdad, aunque cumplen su función perfectamente, se echa de menos algo más sólido que unos interruptores de plástico.
Todas las entradas y salidas son de plástico, posiblemente algún super plástico hiper resistente y tal, pero plástico a fin de cuentas. Quizás sea la costumbre y no tenga nada que ver con la funcionalidad, pero me gustaría más si fueran metálicas, tendría un aspecto más «profesional».
PANEL TRASERO
Aquí es donde nos aparecen las sorpresas, tiene un dorsal bastante completo y sorprendente, con muchas funciones fuera de lo tradicional.
La toma de corriente queda a la izquierda y lleva su fusible incorporado. Justo al lado hay otro fusible enroscado. Dos fusibles, mucha seguridad.
Solamente he tenido una avería en este amplificador y fue por una fisura en una válvula. En este caso los dos fusibles no sirvieron para nada. Seguramente será normal que no saltara ningún fusible, pero yo me quede pensando «tanta seguridad y mira, el ampli casi arde».
Ejem, continuamos. La primera entrada de jack es para el pedal de cambio de canal. Las dos siguientes son para el lazo de efectos que es en serie y tiene una señal de 10 dBV.
Lo siguen dos micro selectores que funcionan en conjunto con la salida que hay a su lado (voicing). Esto es una salida digital que emula el sonido real del propio Studiotone (!). Con el mini selector más cercano podemos elegir si queremos sonar como con un bafle imaginario de 4×12″ o con 1×12″ y con el otro selector podemos elegir la posición del micro, imaginario también, respecto al bafle, en 90 o 45 grados de inclinación. Da muy buen resultado para grabar sin complicarse la vida, incluso para pasarlo por mesa directamente. Aunque estoy es muy práctico, suena mejor poniéndole un micro real delante del altavoz.
Las siguientes salidas son dos líneas, una sin filtrar y otra filtrada.
La salida sin filtrar está pensada para sacar una línea y conectarla al retorno del loop de efectos de otro amplificador.
De la salida filtrada podemos sacar señal para otro amplificador conectándola directamente en la entrada del segundo ampli. Lo he probado y es realmente una gozada, el sonido se abre, lo único es que la señal de esta línea es muy débil y hay que subirle bastante el volumen al segundo amplificador.
Luego hay una toma de auriculares normal y corriente.
A continuación nos encontramos las diferentes salidas para altavoces de 4, 8 y 16 Ohmios. No se deben usar dos simultáneamente, solo una de las tres.
Este es un diagrama muy explicito del manual del Studiotone en el que se puede ver las diferentes posibilidades de conexiones que ofrece.
Junto a estas salidas tenemos un micro selector para silenciar el altavoz, un detalle muy útil que no lleva casi ningún amplificador.
Al activarlo se mutea el altavoz y al mismo tiempo se activa una resistencia de carga interna o carga fantasma que impide que el amplificador se queme. Esto nos puede ser útil para grabar a todo trapo, sacando línea de la salida voicing, sin que se oiga absolutamente nada o también para tocar con auriculares a las horas más intempestivas.
CÓMO SUENA
Algunos dicen que el sonido del Studiotone es una mezcla de Fender y Vox, otros de Fender y Marshall y la verdad, no creo que se trate de comparar ya que este ampli tiene voz propia. Es un todoterreno al que se le pueden sacar muy diferentes matices, pero si quieres sonar a Fender (o Vox o lo que sea) lo mejor es comprar un Fender. Este tiene su sonido propio.
Actualmente lo llevo con unas válvulas EL84-STR en potencia y en el previo dos Philips JAN-5751 y una TAD E83CC HIGHGRADE. Las JAN-5751 son válvulas de baja ganancia y consiguen que haya más umbral de limpio, que es lo que más me interesa. He usado bastante tiempo EL84-M, las que trae de serie el Studiotone (o traía en 2008, año de este ampli), y no había gran diferencia con las que lleva ahora, únicamente me parece que la EL84STR suenan algo más orgánicas, pero la diferencia tampoco es como para tirar cohetes.
Tocando con humbucker y válvulas sanas, el sonido empieza a romper a partir del 5, a la mitad de recorrido más o menos, y puedo aseguraros que a ese volumen el batería se va a tener que esmerar para tapar la guitarra, por muy bestia que sea (el batera). En una actuación normal en trío con contrabajo no paso del 3 de volumen y ya me está mirando mal el contrabajista.
Suelo usarlo con dos guitarras muy diferentes, una Guild X-170 y una Jaén Odeón.
Con la Guild busco un sonido más oscuro y ecualizo plano, con el «Mid Shift» activado (arriba) y el «Bright» bajado (-) recortando el brillo. Con esta ecualización la guitarra suena bastante mate, con agudos y medios con mucho cuerpo y graves recortados. A veces, dependiendo de la sala, tengo que bajar un poco los graves porque la Guild tiene muchos y tiende a embarullarlo todo, pero para eso está el control de graves. Este sonido de guitarra es idóneo para be-bop o cualquier estilo rápido en el que usemos líneas o «punteos» y no soleamos mucho con acordes.
Con la Jaén Odeón quiero un tono más acústico, abierto y con más aire. Uso casi la misma ecualización pero recortando algo los medios (3’5 o 4) y eso sí, el selector de «Mid Shift» desconectado (abajo) y el de «Bright» en el centro (desactivado) o arriba, realzando el brillo, depende de cómo tenga el día. El carácter de esta guitarra es totalmente diferente, casi de guitarra acústica, y con el Studiotone puedo obtener el sonido que busco.
Además de con guitarras de caja también lo he usado bastante con una Les Paul Deluxe con mini humbuckers y con una Heritage 535, y siempre he disfrutado con el sonido de este ampli.
La reverb del Studiotone es una de las pocas cosas que no me gusta, de hecho uso una reverb externa de pedal y la del ampli la dejo a cero siempre. Es una Ruby corta de tres muelles que va en el fondo del mueble y produce una reverb muy larga y algo metálica. Koch también ha montado en el Studiotone otro tanque de reverb de la marca Accutronics, no se cual de las dos monta actualmente.
Otra cosa que para algunos podría ser un inconveniente es que los tres canales comparten ecualización, con todo lo que eso conlleva. A mí me da exactamente igual porque para jazz solo uso el canal limpio y cuando voy a tocar otras cosas llevo un pedal externo de overdrive con su ecualización incluida, aunque el canal de overdrive del ampli suena muy decentemente. El canal Overdrive+ me rechina bastante, es muy «fuzz», aunque he de decir, en honor a la verdad, que tampoco he experimentado mucho con él, total, no lo voy a usar.
Alguna vez he sacado línea de la salida «to guitar amp clean input» para otro amplificador y el resultado es espectacular. Con una separación entre los amplificadores de 2 a 3 metros y emplazándote con la guitarra en el centro, el sonido te envuelve, es grande… lo malo es que si metes alguna pifia también suena el doble, pero aún así vale la pena tocar con dos amplis.
Para más información sobre amplificadores Koch podéis visitar su página oficial: http://www.koch-amps.com/
CONCLUSIONES
Estamos ante un espectacular todo terreno que da la talla en cualquier estilo y con todo tipo de guitarras, no solamente en jazz. Realmente el Studiotone no fue diseñado específicamente para amplificar archtop, pero curiosamente da muy buen resultado con este tipo de guitarras.
El panel trasero nos brinda una serie de posibilidades que es difícil encontrar en otro amplificador, incluidos los de gama muy alta y que duplican el precio de este.
Si eres profesional y tienes que tocar en diferentes bandas, diferentes estilos y además, de vez en cuando te metes a grabar en un estudio, este puede ser un ampli a tener en cuenta.
Su precio ronda los 1.000 euros.
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Aquí os dejo unas cuantas fotos más del Studiotone y su interior.
Para los que les gusta ver las tripas de los amplis. Podéis verla mucho más grandes pinchando encima de la foto. Este ampli tiene una reparación, a ver si la encuentras 🙂
VÍDEO
Test del Koch Studiotone con la guitarra Jaén Odeón.
Grabado con tarjeta de sonido Edirol FA-66 y micro Sennheiser e906.
Es aconsejable escucharlo con auriculares si no tienes unos buenos altavoces en tu ordenador.
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Y con esto concluyo.
Han pasado enero y febrero, los meses más crudos para los músicos que viven de las actuaciones, si es que ha sobrevivido alguno. Ahora, poco a poco irá entrando el buen tiempo y tímidamente volverán a aparecer los conciertos esporádicos en bares, clubs, terrazas al aire libre y todo tipo de escenarios accidentales. Aprovechar para ver todos los conciertos que podáis.
Salud y bolos!