Llamativa y polivalente, esta semi hueca es mucho más que una guitarra para tocar jazz, es la digna hermanastra de la archiconocida 335 y no es una imitación cualquiera.
Esta es una de mis guitarras y la estaba dejando para más adelante pero no he podido aguantarme más, y además, ya es hora de ver este tipo de guitarra que, aunque no son específicas para tocar jazz, se ven muy a menudo en manos de guitarrista fusioneros.
Nació en 2003 en Michigan, en la localidad de Kalamazoo, y vino al mundo de la mano de los operarios que trabajaban para Gibson hasta 1984, año en que la marca se fue a otra ciudad a montar una fábrica más moderna. Para construirla se usaron las mismas técnicas, muchas de las mismas máquinas y hasta algunas de las manos que modelaron cientos de las mejores archtop en los años 60, que es mucho decir.
En la factoría de «The Heritage» se fabrican muy pocas guitarras y no están interesados en fabricar más. En contra de la tendencia general, estos guitarreros no tienen grandes ambiciones en lo que a cantidad se refiere, pero si en la calidad de sus instrumentos, aunque al igual que con las Gibson, hay mucha polémica sobre dicha calidad. Ellos prefieren seguir usando los métodos tradicionales, aunque eso suponga muchas más horas de faena en cada guitarra.
Pese a todo esto, esta guitarra no es de las que se ha dado en llamar «de boutique». Está hecha en serie, pequeña pero serie, y montada en cadena, aunque también es una cadena pequeña ya que en la fábrica solamente hay (o había) 22 operarios, cuando van todos.
Pero bueno, ya hablaremos después de la fábrica, ahora vamos a hablar de la guitarra.
CÓMO ES
Esta guitarra es, en esencia, una Gibson más autentica que muchas de las que se producen actualmente, aunque en la pala aparezca otra marca. Una 335 a la vieja usanza, como se hacía antes, con sus virtudes y sus defectos, que por supuesto los tiene. En este caso las comparaciones van a ser ineludibles.
Viene con un estuche a medida TKL que está a la altura del instrumento. TKL es una marca canadiense que fabrica estuches de alta calidad, también para Gibson. Este es de madera contrachapada y le sienta como un guante. Pesa 4’3 Kg, es llevadero.
Nada más coger la guitarra y poner la mano en el mástil, nos damos cuenta de que estamos ante un instrumento de calidad, de los que da gusto tocar. El tacto de la nitrocelulosa, el grosor del mástil y la altura de las cuerdas la delatan.
Las medidas de la caja no son exactamente las mismas que las de la 335, es algo más delgada con 4 cm. de ancho, y tiene 16″ de culo. Los dos cutaway clásicos de estas guitarras, conocidos como «orejas de Mickey Mouse», también son un poco diferentes, un pelín más largos.
El lacado se ve espectacular y con el característico brillo cálido de la nitro, pero si no fijamos observamos una pequeña tara en la pintura de la tapa. He tenido que contrastar mucho la fotografía para que se viera, ya que a simple vista es casi imperceptible, como la «piel de naranja» que hay un poco más cerca de la pastilla, pero ahí está.
En este aspecto es tan auténtica como las Gibson, tiene defectos en el acabado.
El contrachapado que se ha usado para toda la caja es de tres piezas, dos de arce y una central de tilo. La capa de arce que queda a la vista tiene un rizo ondulado generoso y muy llamativo, que con el acabado que ellos llaman «sunsetburst» en tres tonos (negro, rojo y amarillo) luce espectacular y en el escenario viste mucho. A mí me recuerda cada vez más la bandera de Alemania y me da un poco de yuyu.
Este tipo de guitarra tiene dentro de la caja un bloque central rectangular, de arce normalmente, de unos 12-13 cm. de ancho y que parte la caja en dos. Este bloque es el responsable de que la guitarra suene entre sólida y archtop y de que aguante bien el volumen alto. Entre el bloque y la tapa hay otra pieza ranurada -de arce también- que se ajusta perfectamente a la curvatura de la tapa por un lado y por el otro es recta para ajustarse al bloque central. En el fondo va otra pieza igual.
Esta foto la he sacado de una entrevista a uno de los directores de Heritage. Aunque ya tiene sus años (la entrevista) es muy interesante y el entrevistado da muchos datos curiosos. Podéis leerla completa aquí:
http://www.premierguitar.com/articles/Builder_Profile_Heritage_Guitar
Los herrajes son Schaller, y no son malos, para ser justos he de decir que son bastante buenos. Están pulidos a mano y han envejecido bien, y mira que donde yo vivo se oxidan hasta los cristales de la humedad que hay. Ahora tienen un brillo agradable, como plata vieja. Aportan mucho sustain.
El golpeador es de madera con binding y me recuerda mucho el diseño de algún golpeador de D’Aquisto. Me gustan las guitarras sin golpeadores y siempre estoy tentado de quitárselo pero esta nitro es tan delicada que vale más dejarlo y que cumpla su función protectora.
El mástil es de una pieza de caoba y es muy estable, mucho, sorprendentemente estable. El perfil del mástil está hecho a mano y según los constructores, no hay dos iguales, aunque todos son muy parecidos. Yo estoy muy contento con el que me ha tocado, tiene el perfil en C moderada y es un placer deslizarse por él, sobre todo cuando está sucio. El tacto de la laca nitrocelulosa tiene su intríngulis. Es mejor no limpiarla mucho porque cuando está recién pulido y brillante es pegajoso, en cambio cuando está un poco guarrillo la mano se desliza mucho mejor y resulta más agradable al tacto. Esto no quiere decir que dejemos trozos de comida pegados, debe estar sucio con moderación, cosa que es bastante fácil conseguir, la nitro es lo que tiene.
Se une al cuerpo en el traste 19º, permitiendo un acceso total al último traste. Esta característica es común en este tipo de guitarra y te puede perder un poco si no tienes costumbre de tener tanto mástil al aire, pero es fácil hacerse con él. Va encolado al cuerpo y el tipo de unión es la que llaman «long tenon».
En esta foto también se ve el fresado para que quepan los tornillos de las pastillas hecho totalmente a ojo, que un poco más y se comen parte del «long tenon». Esa es una de las cosas que tiene no automatizar ciertos pasos con máquinas CNC, aunque tampoco les habría costado mucho usar una plantilla para fresar.
El diapasón es de palosanto y los trastes son semi-jumbo de perfil bajo. El acabado de los finales de traste es el mismo que en las Gibson. En algunas partes del binding del mástil se nota la marca de la lima, pero no es nada exagerado y se puede considerar un trabajo pasable, si bien no es perfecto.
En fin, no se si es que me estoy volviendo demasiado maniático y sacando defectos a todo, pero estar están, vosotros también los veis… ¿verdad?.
La cejuela es de un material sintético parecido al hueso, de 43 mm. de ancho.
La pala de las Heritage se ha convertido en un símbolo inconfundible, y eso es un logro! Parece que hay mucha gente a la que no le gusta esta pala tan … genérica, por llamarla de alguna manera.
Más de uno que ha probado esta guitarra me ha dicho: «tío, la guitarra está de puta madre, pero es que la pala…».
Un guitarrista amigo, hace ya algún tiempo, me comentaba que estaba pensando comprar una Stratocaster pero que esa «bola» de la pala lo tiraba para atrás. Atrevida es la ignorancia! ¿Quién de nosotros osaría decir que la pala de la Strato es fea? Ya la tenemos totalmente asumida, pero es fea!
¿Es bonita la pala de las acústicas Martin? Es más, ¿a alguien le importa que estas acústicas tengan la pala deslucida y primitiva? Pues eso.
La pala de las Heritage ya es una seña de identidad y aunque parezca que no han pensado en el diseño, yo no estaría tan seguro. De todas formas, cuando llevas tocando esta guitarra un par de minutos te has olvidado de la pala.
Además de ser fácilmente identificable, este tipo de pala tiene una gran ventaja. Por su forma y la colocación de las clavijas, las cuerdas entran al hueso casi rectas y hace más fácil la afinación, esto ayuda a evitar las tensiones muertas que se crean cuando la pala es más ancha y las cuerdas tienen más ángulo.
Por cierto, hay varias guitarras japonesas vintage que tienen una pala bastante parecida, por poner unos ejemplos estas mismas:
Yo tuve, años ha, una Westone Thunder I como la roja de la foto. Tal vez por eso no me parece fea la pala de la Heritage, que es prácticamente igual.
La inclinación de la susodicha es de 17º, algo más de lo habitual. Para sacar el mástil de una pieza han de «sacrificar» un buen taco de caoba.
En este vídeo podéis ver como sacan dos mástiles de un trozo importante de caoba. Se puede ver exactamente entre el minuto 0’40 y 2’40.
Esta poco frecuente inclinación de la pala, tiene como objetivo hacer que las cuerdas ejerzan una mayor presión sobre su punto de apoyo en la cejuela, consiguiendo así más sustain.
Por último las clavijas son unas estupendas Sperzel, muy fiables, con un ratio grande de 12:1. Aunque tenga un ratio tan amplio funcionan a la perfección y son más precisas de lo que cabría esperar ahora que ya es tan normal usar clavijas con ratios de 18:1 y más.
La guitarra mantiene la afinación de una manera pasmosa. Ha pasado temporadas largas en el estuche y al sacarla estaba bien afinada. Por supuesto eso no depende solamente de las clavijas, pero también cuentan.
He de decir de Sperzel que tiene un servicio de atención al cliente que es algo fuera de lo normal, al menos en España es raro que te atiendan así. En una ocasión me puse en contacto con ellos vía e-mail para ver si me podían proporcionar una clavija Sperzel Trim-Lok que se me había roto y como no vendían una clavija sola en ningún lado, estaba pensando en comprar un juego completo, así que lo intenté directamente con la fábrica, total por probar. Para mi sorpresa me contestó personalmente en menos de 24 horas el director de Sperzel y en 9 días tenía la clavija en mi casa, enviada por correo urgente desde EEUU. Ahorré alrededor de 60 euros. Olé Sperzel y su dire!
CÓMO SUENA
Dentro de la familia de las tapas arqueadas, las semi huecas, semi-sólidas, de media caja o como las quieras llamar, son las guitarras más polifacéticas y no es raro verlas en manos de guitarristas de rock, pop y sobre todo blues, además de jazz, por supuesto. El bloque central de arce hace que la guitarra suene a medio camino entre una archtop hueca y una guitarra sólida, aguantando muy bien el tipo a altos volúmenes, incluso con distorsión subida de tono, y manteniendo en parte el timbre característico de las archtop.
Esta 535 traía de serie unas pastillas Schaller Golden 50 de alnico V, las que montaban antes en la mayoría de las Heritage, luego cambiaron de marca varias veces (Seymour Duncan, Golden Age, HRW…). Estas pastillas no suenan nada mal y tienen una salida moderada, pero a mi gusto son un poco excesivas para lo que yo iba a usarla, tienen demasiado ataque, demasiada pegada, así que se las cambié. Las Schaller son identificables a primera vista porque llevan cuatro tornillos para regular la altura.
Aquí una foto antigua de cuando llevaba las pastillas Schaller, con sus cuatro tornillos para ajustar la altura:
Actualmente calza unas Lollar Imperial que le sientan muy bien. Estas humbucker son lo más parecido que se fabrica en nuestros días a las míticas PAF diseñadas por Seth Lover y patentadas en 1955, cuando era ingeniero de Gibson. Jason Lollar y su equipo las elaboran artesanalmente y aunque su precio es un tanto elevado valen la pena.
Con las Lollar el sonido es redondo y equilibrado, clásico a más no poder, suena a 335 por los cuatro costados. El ataque en estas pastillas es mucho más moderado que en las Schaller y a pesar de eso no le faltan pegada ni dinámica, responden bien pero sin picos. El único «pero» que pondría es que entre el cuerpazo que tiene la guitarra y el de las pastillas, a veces cuando uso la pastilla de graves con overdrive y según en qué ampli, hace demasiada bola y pierde definición. Por suerte el pedal de overdrive que uso es un Okko Diablo, que tiene un pote para eliminar ese sobrante de cuerpo y definir más las notas graves.
Tienen la particularidad de que cada una está hecha con un tipo de imán. La del puente lleva alnico V (8’4 K), pero la del mástil es de alnico II (7’8 K). Esto hace que cuando usamos la pastilla del mástil el sonido sea más pastoso y oscuro, muy apto para jazz y blues. En la pastilla del puente el sonido es más brillante y más apropiado para usar con distorsión.
La guitarra de por sí tiene un cuerpo y un sustain impresionantes, las notas se pueden quedar sonando hasta aburrir.
Los controles son los clásicos, dos volúmenes y dos tonos.
CONCLUSIONES
Esta 535 tiene calidad suficiente como para plantar cara a una «de las de verdad», y salir airosa, con el aliciente de que es bastante más económica, entre 700 y 800 € menos.
Quitando los pequeños detalles, el acabado general es bastante bueno. El tacto y sonido -con sus pastillas Schaller originales- son excelentes y la sensación de comodidad es absoluta. Con las humbucker Lollar, para mi esta guitarra es sencillamente perfecta para tocar cualquier estilo, de no ser así ya la habría vendido.
Recomendada para guitarristas que buscan una buena todo terreno a un precio razonable.
RESUMEN DE DATOS TÉCNICOS
- Caja: 16″. Tapa, aros y fondo de arce laminado con tilo.
- Ancho: 4 cm.
- Mástil: Caoba de una pieza. Pala con inclinación de 17º.
- Diapasón:
- Escala: 24’75»
- Radio: 12″
- Clavijas: Sperzel 12:1
- Trastes: 22, semijumbo de perfil bajo.
- Pastillas: Schaller Golden 50, sustituidas por Lollar Imperial.
- Controles: 2 Volumen y 2 tonos.
- Puente: ABR1 de Schaller.
- Peso: 3’450 Kg.
Las fotillos:
Podéis ver las fotos más grandes pinchando sobre ellas
VÍDEO
Grabado con micro Sennheiser e906. Amplificador Mesa Boogie Lone Star Special en el modo de 30 W. Altavoz Celestion Alnico Gold.
Invitado especial Overdrive Okko Diablo.
Tarjeta de sonido Edirol FA-66.
Sonido sin procesar.
Audio en MP3, a 192 kbps. Es aconsejable escucharlo con auriculares, si no tienes unos buenos altavoces en tu PC.
SOBRE HERITAGE GUITARS
La marca «The Heritage» esta predestinada desde su nacimiento a convertirse en leyenda. Pocas historias de fábricas de guitarras son tan suculentas como esta.
Todo empezó cuando Gibson decidió cerrar en septiembre de 1984 la histórica factoría de Kalamazoo en Michigan, donde se fabricaban guitarras desde 1917, para montar otra más moderna y con mayor capacidad de producción en Nashville. Un año más tarde, unos cuantos ex-empleados y ex-altos cargos de Gibson que rechazaron la oferta de trasladarse a la nueva factoría, fundaron «The Heritage Guitars» y volvieron a poner en marcha la vieja fábrica del nº 225 de Parsons Street que, dentro de dos años cumplirá CIEN añitos produciendo instrumentos. Es un monumento en sí misma.
Gibson decidió sacar a subasta la mayor parte de la maquinaria que había estado funcionando durante décadas en la vieja fábrica. Por suerte las máquinas más importantes fueron adquiridas por los chicos de Heritage, lo que les permitiría seguir desarrollando las labores de construcción de guitarras con máquinas que conocían a la perfección después de tantos años usándolas.
Por otro lado, el cambio para los nuevos empresarios de Heritage fue brutal. Estas instalaciones habían llegado a funcionar con casi mil personas trabajando haciendo guitarras y produciendo alrededor de 500 instrumentos diariamente. En esta nueva etapa iban a ser poco más de 20 trabajadores y habría que reorganizarlo todo y planificar bien el trabajo. Es por esta razón que desde el primer día de Heritage no se plantearon competir con grandes empresas ni priorizar la cantidad de producción, sabían que por ese lado no tenían nada que hacer.
La política de Heritage fue hacer instrumentos de calidad con los métodos tradicionales, por muy lentos y poco productivos que fuesen, construir las guitarras «como se hacía antes». También ofrecen la opción de elaborar instrumentos «Custom» por encargo, cosa que la mayoría de fabricantes no hace, para eso habría que tratar con un lutier particular. Si quieres unas guitarra con diapasón de ébano, clavijas X, pastillas Y, en color W, y todas las fricadas que se te ocurran, ellos te la hacen, eso sí, lo que no van a hacer es lacarla con poliuretano, absolutamente todo lo que se laca allí es con nitrocelulosa, lo que me parece muy bien.
Una de las partes fuertes de su producción son las archtop. La mayoría de modelos son muy parecidos a los que construían con Gibson, como la 535 es a la ES-335, la 575 a la ES-175 o L4 (según la tapa), la Golden Eagle a la L5, la Kenny Burrel es a la Super 400, etc. Pero todas tienen alguna modificación y las medidas un poco diferentes para no ser copias exactas y no tener que padecer denuncias de Gibson.
Se dice, se comenta, se rumorea, que cuando Gibson se fue a Nashville, tuvo que dejar de fabricar por un tiempo los modelos más complicados (Super 400) porque la mano de obra más fina se había quedado en Kalamazoo.
Han cambiado bastante de proveedores, de ahí que haya cierto lio con el tema de las pastillas. Lo mismo ocurre con los puentes y las clavijas. Parece que esto para ellos es secundario y, aunque siempre han montado material de calidad, les preocupa más la excelencia del mueble: si el mueble es bueno sonará bien.
También han fabricado durante un tiempo sus propias pastillas, las HRD (Heritage Rendal Wall) que montaban en los instrumentos de más alta gama y que al parecer eran de muy buena calidad. Actualmente ya no lo hacen.
Gran parte de los trabajadores que hay en Heritage son bastante mayores, unos pocos de ellos trabajaban para Gibson desde los años 50, haced el cálculo. La continuidad de esta marca es algo que no podemos predecir, es posible que según se vayan jubilando se acabe la producción o tal vez se renueve la plantilla y sigan dando guerra. Veremos qué depara el futuro a esta estupenda fábrica de guitarras. Yo por si acaso voy a ver si consigo pronto una Heritage Golden Eagle, antes de que se conviertan en piezas de coleccionista. Con toda seguridad, las Heritage de esta época, desde 1985 hasta el presente, van a ser instrumento muy valorados en el futuro.
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Y esto es todo amigos. Aprovechad este buen tiempo que está haciendo para salir al campo, pasear por la playa o la montaña y hacer tocatas al aire libre, con barbacoa a ser posible, que no va a ser todo estar delante del ordenador 😉
Salud y bolos buenos, bonitos y caros.