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Guitarras de Jazz

Epiphone Emperor Regent

diciembre 3, 2018

Con una imagen majestuosa y una pródiga cantidad de versiones, la Epiphone Emperor de nuestros días se ha convertido en un clásico entre las archtops de gama asequible. Pero no siempre fue así.

Epiphone presentó su modelo Emperor en 1935, la guitarra más cara y voluminosa que la marca había realizado hasta la fecha. Estaba hecha con maderas macizas talladas a mano y tenía un monumental tamaño de 18’5 pulgadas, vamos, un armario. Fue creada para competir con la Gibson Super-400, otro glorioso armario que entró en escena un año antes.

En 1948 presentaron en catálogo el modelo Emperor Cutaway -también llamado  Regent-, que solo se fabricó durante los siguientes siete años, los últimos de la compañía ya que cerró sus puertas definitivamente en 1955, para ser adquirida poco tiempo después por Gibson, su principal competidora.

Gibson mantuvo más o menos la calidad de las Epiphone hasta que el 22 de diciembre de 1969 unos inversores (E.C.L. Industries Inc., para los guitarristas: NORLIN) se hicieron con el 90% de la compañía. Pocos años después, en los primeros 70, empezaría la desgracia conocida como «Era Norlin», una época negra en la que la calidad de las Gibson y Epiphone se fue al garete. NORLIN Industrias picoteaba en varios campos prósperos en esos tiempos, como el cristal de cuarzo, los equipos de tungsteno y la cerveza, si, cerveza!. Estos inversores solo querían sacar pasta y vieron en las guitarras eléctricas un mercado en auge muy interesante. Convirtieron Epiphone en una submarca de Gibson y colorín colorado. Hasta hoy.

Después que NORLIN saliera de escena (1983), los nuevos propietarios de Gibson consideraron que estaba bien eso de tener una segunda marca para ocupar otro nicho de mercado y que para que otros hiciesen copias de los modelos más vendidos de Gibson, pues las hacían ellos.

Las Epiphone actuales son definitivamente guitarras de gama baja que están producidas como churros en China, salvo alguna edición limitada fabricada en Japón. Teniendo en cuenta esto, la Emperor Regent que vamos a ver ha salido bastante bien parada ya que fue hecha en la fábrica de Peerless en Corea, de lo mejorcito por aquellos lares.

Este modelo no se fabrica actualmente pero fue producido desde 1995 hasta 2011 en gran cantidad y es fácil encontrar alguna a la venta de segunda mano por unos precios realmente atractivos. En su día costaba nueva alrededor de 100.000 pesetas, una suma importante en los 90. Tiene muy poco que ver con las Emperor que se fabrican actualmente, que son realmente gama baja.

CÓMO ES

La estampa de esta Emperor Regent es imponente, y es que el acabado sunburst es muy resultón en estas guitarras grandes. Esta está acabada en «Antique Sunburst», un sombreado en marrón oscuro casi negro.

Con un tamaño de caja de 17″ y una profundidad de 3 1/16″ (7’8 cm.), es casi una full size. El arqueado de la caja y el fondo es poco pronunciado, lo que le resta algo de grosor, de hecho es bastante manejable para ser de 17″. Sorprende su peso, 3 kilos escasos, y es que al no llevar el lastre de las humbuckers y potenciómetros se aligera bastante una archtop.

Tiene la parte inferior del «culo» muy redondeado.

Las maderas de la caja son laminadas, arce en fondo y aros y pícea en la tapa, que al llevar la pastilla flotante y los potes en el golpeador queda intacta, sin un solo agujero, potenciando así su sonido acústico.

El lacado presenta ciertas deficiencias en el sunburst de base. Aunque a primera vista no se nota, si nos fijamos un poco veremos partes que han quedado mal sombreadas, principalmente en los aros.

El golpeador es imitación carey con binding y un bonito diseño, aunque lo afea la «E» de la marca, que me parece un pegotazo antiestético, yo se lo quitaba. En él se alojan un volumen y un tono. El cable de la pastilla entra en la guitarra por la efe, justo debajo del golpeador.

Digno de mención especial es el cordal «Frequensator» -contracción de las palabras «frequency» y «compensator»-, presentado en sociedad en 1937. Hace ya más de 80 años que se diseñó y aún hoy en día me sigue pareciendo sorprendente. Sin duda es la pieza que más me gusta de esta guitarra.

El Frequensator consta de dos extensiones separadas de longitudes desiguales; una más corta de 6’3 cm. para las cuerdas graves y una más larga de 14’8 cm. para las cuerdas más agudas. Se supone que la mayor longitud de las cuerdas de graves hace que estas suenen más profundas, mientras que las cuerdas de agudos sonarán más brillantes al tener menor longitud. Tiene miga la cosa.

Paradójicamente algunos guitarristas lo usan cambiando estas piezas de sitio, es decir, poniendo la más corta en los agudos y la más larga para los graves.

Epiphone fabricó en aquellos tiempos unas cuerdas especialmente largas porque normalmente la 4ª (D) de los juegos estándar se quedaba corta con el Frequensator en guitarras de caja grande (18’5″), no llegaba al enganche del cordal.

Pasada la impresión del prodigioso Frequensator, continuamos.

El puente flotante es bastante endeble y poca cosa para tanta caja. Creo que es uno de sus puntos débiles fácilmente mejorable.

El mástil es de tres piezas de arce con perfil moderno «slim taper» o «C» fina, demasiado fina a mi gusto, no he llegado a hacerme con él, a pesar de que he tocado esta guitarra muchas horas. El diapasón es de palosanto y con marcadores de nácar y madreperla (real, no imitaciones) en «V», que los fabricantes han llamado «pearl V». Hay que ver, tienen nombre para todo, como son gratis.

El tiro es largo, de 25’5″. Trastes medium que vienen muy bien equilibrados de serie aunque con un acabado muy basto, a medio pulir, al menos en este ejemplar. Se puede conseguir una acción bastante baja (1’3 mm. traste 12º) sin problemas y sin trasteos. La guitarra está tal cual se compró, no ha sido retocada por lutier alguno, así salió de la fábrica y así se mantiene 23 años después. Resulta admirable este ajuste tan preciso en una guitarra de esta gama.

La pala lleva el mítico «Árbol de la vida» (Tree of Life), inequívoca seña de identidad de Epiphone, hecho con incrustaciones de nácar sintético. El acabado de la pala podía haber sido más fino, además ha acusado el paso del tiempo y el poliéster hace un efecto extraño sobre el binding, como si se hubiese despegado.

Las  clavijas son genéricas bastante malillas.

Como curiosidad tenemos un curioso fallo en la impresión del nombre de modelo de la etiqueta interna. En cualquier otro idioma no tendrá mucho sentido, pero en español cambiar la erre final de sitio es una catástrofe jajaja.

Y ya que estamos con la etiqueta, desciframos el número de serie. Si alguien quiere datar su «Emperro» debe interpretar estas letras y números así:

Número de serie: R95C4796

R (o «P»).- Factoría de Peerless
95.- Año de fabricación 1995.
C.- Mes (A,B,C…) de fabricación Marzo
4796.- Guitarra construida número 4796

CÓMO SUENA

Su sonido acústico es bastante fuerte, se nota que la tapa está libre de lastres y agujeros. Sin embargo es un sonido bastante rudo, bastante plano y con pocos armónicos.

Amplificada tiene un sonido con unos medios generosos, no muchos graves para la guitarra que es y unos agudos manifiestos y algo faltos de cuerpo. La mini humbucker me recuerda sospechosamente a la pastilla que lleva la Gretsch G3900, hecha en la misma fábrica unos años después y revisada recientemente en este blog. Por supuesto Epiphone no da datos sobre la pastilla, solo dice que es una «mini humbucker flotante Epiphone». Casualmente la pastilla que lleva la Gretsch 3900 la bautizan como: «mini humbucker flotante Gretsch».

Parece ser que el portentoso Frequensator sí afecta al tono. Hay una clara diferencia entre las cuerdas 4ª y 3ª, las dos entorchadas pero cada una enganchada en una pieza diferente del cordal. Mientras la cuarta -enganchada a la parte más corta-  tiene un tono más redondo y algo blando (igual que la 5º y 6ª), la tercera -enganchada a la parte más larga- suena algo más dura y viva, con mejor dinámica. Esta diferencia se nota claramente, no es un pequeño matiz.

Si intercambiásemos las piezas del cordal, seguramente conseguiríamos más definición en graves y, a su vez, unos agudos más dulces. Es una interesante opción, habría que probarla para ver si realmente interesa.

Con el pote  de tono y la ecualización del ampli he conseguido llevar el sonido a mi terreno, que siempre es el mismo: gordo y oscuro, tipo humbucker. Vuelvo a reafirmarme en mi conclusión, que a veces se me olvida: las pastillas flotantes no son para mí.

No obstante, reconozco que la pastilla que trae de serie esta guitarra no suena nada mal, de hecho me ha gustado más que otras mini humbucker flotantes de fabricantes de reconocido prestigio, probablemente por esos medios marcados, que la acercan al sonido que yo busco en todas las archtop.

Cuando he medido la salida de la pastilla me he llevado un susto; ni más ni menos que 14’7 K., una animalada. Según la creencia popular, debería proporcionar un volumen bestial, pero no es así. Estamos acostumbrados a juzgar las pastillas por su salida, y este es un claro ejemplo de que no todo es la salida, hay otros factores que influyen en el sonido de la pastilla y nunca tenemos en cuenta, principalmente la inductancia. Pero eso es otro tema que deberíamos tratar en un review aparte y además debería explicarlo alguien con conocimientos de los secretos pastilleros, no yo. A ver si consigo liar a algún amigo que fabrica pastillas y nos ilustra…no digo más.

CONCLUSIONES

Esta Emperor Regent tiene un buen sonido y un mástil cómodo, si te gustan los perfiles modernos. Su acabado no es malo pero tiene pequeños fallos que evidencian la prisa que tenían por terminarla. Se podría mejorar haciendo una pequeña inversión, según mi criterio en este orden: puente, clavijas y cableado, es decir, todo menos la pastilla, aunque sin duda se podría mejorar, pero vamos, no es urgente.

Con todo, es un buen instrumento en su categoría, muy apropiado para estudiantes de jazz o curiosos que quieran tener una archtop con pastilla flotante que sea barata y resultona.

RESUMEN DE DATOS TÉCNICOS

  • Caja: 17″. Tapa abeto laminado, aros y fondo de arce laminado.
  • Ancho: 7’8 cm. (3 1/16″)
  • Mástil: Tres piezas de arce con perfil SlimTaper, en «C» fina.
  • Diapasón: Palosanto.
  • Escala: 25’5″
  • Radio: 12″
  • Clavijas: Genéricas.
  • Trastes: 20 medium.
  • Pastillas: Mini humbucker flotante.
  • Controles: Volumen y tono en el golpeador.
  • Puente: Flotante de palosanto.
  • Peso: 3 Kg.

VÍDEO

Grabado con amplificador Polytone Mini Brute III, micros SENNHEISER MD441 y e906. Tarjeta de sonido Audient ID22.
Sonido sin procesar. Audio en MP3, a 192 kbps.
Es aconsejable escucharlo con auriculares, si no tienes unos buenos altavoces en tu PC.

GRACIAS A…

Rubén Arenas por prestarme indefinidamente su guitarra. Prometo llevártela mejorada y puesta a punto en el próximo viaje que haga a la capital.

FOTILLOS

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Y esto ha sido todo por hoy amigos.

Salud y bolos!

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Comentarios (6)

Lo primero que hice cuando me compré la Sheraton fue quitarle la «€», jajaja. Yo tampoco soy de pastillas flotantes, aunque tengo ganas de probar las Rhythm Chief. La review espléndida como siempre.

Responder

Es que canta demasiado la «€» jajaja.

Antes de tirarme a por una Rhythm Chief le echaría un vistazo a las pastillas que está haciendo Fernando de Jaén Guitars: http://jaenpickups.com/wordpress/?lang=es
Pastillas hechas a mano por un profesional que sabe muy bien lo que lleva entre manos y es de lo más exigente con su trabajo.

Un saludo!

Responder

Que bonito y gran trabajo me sigues enseñando maestro gracias

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Manuel! Que bueno verte por aquí 🙂
Bienvenido al club!

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Bonjour,
Merci pour vos vidéos et site web. Je ne parle pas espagnol hélas.
Pouvez-vous me dire si la table d’harminor d’une Epiphone Emperor Regent de 2005 est en épicéa massif ou laminé ? Merci, gracias. Gilbert Bescond.

Responder

Bonjour Gilbert.

Il est laminé, comme dans tous les Epiphone coréens.

Salutations et bienvenue.

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