Guía para aclarar unos cuantos puntos sobre las guitarras de jazz, con el fin de adquirir una archtop buena, bonita y barata, dentro de lo posible.
A raíz de empezar a escribir este blog, he recibido varios correos de guitarristas pidiéndome consejo para comprar tal o cual guitarra.
Superado el shock inicial y halagado sobremanera por eso de que alguien piense que yo entiendo de guitarras tanto como para pedirme consejo (allá vosotros), he decidido escribir esto, por si puede servir de ayuda a alguien a la hora de elegir una guitarra de caja.
Aquí vais a encontrar una guía genérica sobre características de las diferentes archtop, sin tocar el tema de las marcas y modelos, ya que este es un mundo tan vasto que prefiero no entrar en él, aunque va a resultar inevitable citar algún modelo concreto, pero hay tantísimas guitarras!!
Antes de ir a una tienda a probar guitarras debemos tener claros una serie de factores, de no ser así es posible que salgamos de la tienda con un banjo tenor más contentos que unas castañuelas y convencidos de que es lo mejor para tocar jazz, que hay vendedores muy hábiles.
Para saber qué guitarra tenemos que elegir, primero debemos saber qué necesitamos y para llegar a ese punto de conocimiento debemos hacernos varias preguntas.
Vamos a tratar las partes más importante de la guitarra, como son la caja, el tipo de maderas de la caja, el diapasón y las pastillas. El resto de partes no afecta tanto al conjunto sonoro y depende más de los gustos, principalmente estéticos, de cada uno.
LO PRIMERO: ¿QUÉ GUITARRA NECESITO?
Si somos sinceros con nosotros mismos y nos dejamos de antojos, habremos dado un gran paso.
A menudo el instrumento del que nos encaprichamos no tiene nada que ver con el que realmente necesitamos. Débil es la carne!
La cuestión a plantearse es: ¿realmente la guitarra que me gusta es la que necesito?
En el caso de que estés decidido a comprar una guitarra de caja hueca, debes tener en cuenta que hay muchas diferencias entre unas y otras, a pesar de que a simple vista parezcan iguales. La principal diferencia que podemos encontrarnos es que el instrumento sea de maderas macizas o de maderas laminadas.
Si quieres una guitarra para tocar diferentes estilos, usar distorsión y otros efectos y que además pueda cumplir a la hora de tocar jazz, sin duda te interesa una guitarra semi-sólida (o semi-hueca, depende como se mire) tipo 335. Estas no son huecas del todo y tienen dentro de la caja un bloque central de madera, normalmente arce, que ayuda mucho a evitar los acoples y prácticamente los anula. Este bloque también le suma mucho sustain, cosa que en guitarras de caja totalmente hueca no se considera una ventaja.
Algunas de estas guitarras tipo 335 tienen la opción de convertir las pastillas dobles en simples. Esto las hace más polifacéticas todavía, cumpliendo sobradamente tanto en rítmicas ligeras para funk, como en solos jazzeros o bluseros con mucho cuerpo.
Hay otras archtop de caja estrecha y maderas laminadas que aguantan muy bien los efectos, sin llevar bloque central. Normalmente cuanto más estrecha sea la caja menos problemas de acoples tendremos.
Este tipo de guitarras, tanto las semi-sólidas como las de caja estrecha, son una opción muy interesante para el guitarrista indeciso que quiere tocar algo de jazz sin renunciar al sonido eléctrico. Pero si lo que busca es una archtop de verdad, esta se te va a quedar corta en dos días.
¿MADERA MACIZA O LAMINADA?
Dependiendo de nuestro presupuesto nos podremos o no plantear esta alternativa. La guitarras de maderas macizas son más caras que las de laminado, normalmente bastante más caras, aunque siempre hay excepciones.
Las archtop de maderas macizas son en su esencia guitarras acústicas con una pastilla y lo más normal es que esta esté fuera de la caja, para no tener que agujerear la tapa y no cargarla de peso, respetando así su cualidades acústicas. La madera más usada para las tapas es la pícea. El arce también se usa mucho, pero más en tapas laminadas.
Lo ideal es que solo lleve una pastilla flotante, pegada al golpeador o atornillada al mástil -hay pocos sitios más donde fijarla- y los potenciómetros de volumen y tono en el golpeador. Todo esto hace que el sonido acústico sea más rico y además suene con más volumen.
También hay algunas de maderas macizas con una o dos pastillas encastradas (metidas en la caja) y esto hace que suenen un poco diferente, con algo más de cuerpo, un sonido más parecido a las laminadas pero con más definición.
Hay algún caso raro con dos pastillas flotantes, como la Ibanez George Benson. Esta lleva dos pastillas flotantes pegadas al golpeador y el cuerpo de la guitarra es de laminado.
El principal problema es que cuanto mejor sea la acústica de la guitarra sin amplificar, más fácil será que se produzca el indeseable feedback o acople al amplificarla.
Otro inconveniente de esta guitarras es, como decía antes, el coste. Los materiales y la mano de obra, hacen que sean más caras. Suelen estar talladas a mano y son obras de arte únicas, eso tiene un precio. No obstante, las guitarras laminadas de alto nivel o marcas reconocidas, pueden ser tan caras como las talladas.
Las mejores archtop son de maderas macizas, esto es irrefutable (D’Aquisto, Benedetto, Buscarino, L5, Super 400, etc.), pero cuidado, puede ser que no nos interesen las cualidades de una de estas guitarras.
Las archtop de maderas laminadas son hoy en día las más populares.
Las archtop hechas con este tipo de madera, tienen un timbre diferente, menos rico en armónicos, con menos definición y con más medios. También tienen menos volumen y por consiguiente se acoplan menos, aunque esto no es una ciencia exacta y nos podemos llevar más de una sorpresa, tanto de volúmenes como de acoples. Cada guitarra es un mundo.
Hay muchos tipos diferentes de laminado, desde dos piezas en adelante. No he visto laminados de más de seis piezas, lo que no quiere decir que no existan. El laminado puede ser de la misma madera o de maderas diferentes combinadas.
Hay podéis ver diferentes tipos de laminado:
Lo más lógico en estas guitarras es que lleven las pastillas encastradas, y los potes de tono y volumen también. Realmente están pensadas para que tengan un buen sonido amplificadas y el tono que produzcan sin enchufar no es tan importante.
No tiene mucho sentido hacer una guitarra laminada con pastilla flotante, aunque haberlas haylas.
Muchos fabricantes de renombre usan laminado en guitarras caras, como Sadowsky que fabrica guitarras de maderas laminadas que superan los 4.000 euros.
TAMAÑO DE LA CAJA
Debemos tener en cuenta algo muy obvio pero que normalmente pasamos por alto. El tamaño de la guitarra debe ser proporcional al nuestro. Por ejemplo, a un guitarrista de 1’90 metros una guitarra de 18″ y 9 cm. de ancho de caja le puede venir bien, en cambio con una thinline de 15″ puede parecer que esté tocando un ukelele. Esa misma guitarra de 18″, a un guitarrista de 1’60 le puede entorpecer enormemente la labor de tocar. Conclusión: pruébate la guitarra antes de comprarla.
Las achtop más usadas son las de 16 y 17 pulgadas, y más raramente las de 15″ y 18″.
Esta medida hace referencia a la parte más ancha de la tapa, el culo, de ahí que se apode a las guitarras de caja como «culonas».
Su grosor o profundidad es variable, desde los 4 o 5 cm. de una thinline hasta un máximo de 9 cm.
En archtop de maderas macizas no es aconsejable que supere los 7 cm. de ancho, ya que nuestra guitarra se puede convertir en una intratable máquina de producir acoples.
Si vamos a tocar jazz clásico sin efectos y en un contexto de trío o cuarteto, nos podemos permitir el lujo de usar una guitarra maciza de caja grande y profunda, porque no tocaremos con mucho volumen. Además el contrabajista tiene el mismo problema de volumen y acoples que nosotros.
Si buscamos el sonido más acústico posible, es preferible que la guitarra no tenga cutaway, este siempre resta volumen y armónicos. También aporta comodidad a la hora de acceder al registro más alto, pero no se puede tener todo, hay que elegir.
Para tocar en un entorno más fusionero son más prácticas y dóciles las guitarras con poco ancho de caja. En este estilo los bajistas suelen usar bajo eléctrico y los baterías son más contundentes, por tanto el volumen general es más alto. Además en este contexto siempre se usan más efectos y estas guitarras los admiten mejor.
PASTILLAS
Las pastillas que se suele ver actualmente con más frecuencia en las archtop son las humbucker o de doble bobina. Se empezaron a usar por los años 50 y desde entonces se han convertido en la referencia sonora del jazz guitarristico.
Se suelen montar principalmente con imanes de alnico II y alnico V, aunque hay varios alnico más que también se usan. La palabra alnico hace referencia a los tres metales que componen el imán, AL de aluminio, NI de níquel y Co de cobalto.
El alnico II lo llevan las archifamosas humbuckers Gibson Classic 57, que podemos encontrar igual en una Les Paul que en una L5. Su sonido es oscuro y con buenos medios, tienen mucho cuerpo.
Las de alnico V son las más usadas, sobre todo en guitarras sólidas. Suelen tener unos agudos más vivos y también es normal encontrarlas en archtop, aunque a veces esos agudos pueden ser un problema.
En líneas generales, con más o menos agudos, las humbuckers son pastillas que dan un sonido redondo y consistente.
Las otras pastillas que más se ven en las archtop son las mini humbuckers. Se suelen montar fuera de la caja, como pastilla flotante.
Estas están a medio camino entre una humbucker y una P90 y son un poco más pequeñas que una humbucker, como se puede deducir por su nombre. No producen tantos graves como las humbucker, los medios son más nítidos y los agudos con menos cuerpo, aunque esto depende mucho del fabricante.
Tuve una Les Paul Deluxe del 78 que llevaba sus mini humbuckers originales y solo puedo hablar bien de esta guitarra. Principalmente la pastilla del mástil tenía un sonidazo impresionante. Valía para cualquier estilo y si oías una grabación tocando jazz con esa guitarra no te podías imaginar que era una Les Paul. A pesar de todo eso la vendí, aún no sé muy bien porqué… bueno si, para comprar otra, como decía antes, débil es la carne.
Las P-90 no se ven mucho últimamente en guitarras de jazz, si bien antes de llevar humbuckers era la pastilla que más se usaba en archtop.
La P-90 es una pastilla de bobina simple con más bobinado del normal. Con esto se consigue la definición de una single y casi el cuerpo de una humbucker, lo mejor de cada casa. El problemilla que tienen estas pastillas es que, al ser singles, tienen un pequeño ruido de fondo que puede llegar a ser molesto si tocamos en ambientes muy silenciosos, aunque algunos fabricantes ya han subsanado este problema.
De todas formas, pese al ruidillo, las guitarras que he probado con P-90 me han gustado mucho, tanto que la próxima guitarra que compre llevará estas pastillas. Os aconsejo probarlas, una buena P-90 no tienen nada que envidiar a una humbucker, ni de cuerpo ni de tono.
Unas guitarras a la que le sienta especialmente bien las P90 son las tipo 335, escuchar a Grant Green y lo oiréis.
La última pastilla a tratar es precisamente la primera que se usó en jazz.
La hizo famosa Charlie Christian, el primer guitarra solista de la historia del jazz, con una Gibson ES-150 allá por los años 30, y es conocida ahora como «Charlie Christian pickup» (CC).
Hasta entonces nuestro instrumento no tenía el volumen suficiente para que se le oyera en una big band, que era donde tocaban los guitarristas, pero solamente rítmicas y con guitarrones como armarios con cuerdas de calibres desconocidos para nosotros. Todo eso para que se les escuchara al rasguear. Qué triste, tocando jazz y sin poder hacer solos!
Al poderse amplificar la guitarra, empezó a tener voz solista. Un paso de gigante para la historia de la guitarra y un paso atrás para la música, que diría algún amigo mío que toca el pito.
Esta pastilla es single y produce un sonido muy natural, respetando el timbre de la guitarra. La original tiene un aparatoso sistema de montaje, para instalarla hay que hacer agujeros extras en la tapa. Afortunadamente ya se fabrica en otros formatos.
He tenido la suerte de probarla en un mueble excepcional, una Gibson L5 del 58 ni más ni menos. El sonido que salía del amplificador era exactamente el mismo que salía de la guitarra. Si bajabas el volumen bastante, no se notaba que estaba enchufada hasta que lo bajabas del todo y entonces caías en la cuenta de que habías estado sonando por un amplificador. Sencillamente espectacular. Seguramente el mueble de la L5 también aportaba algo.
Varios fabricantes de reconocido prestigio hacen réplicas de las antiguas C.C.
Jason Lollar las fabrica en todo tipo de formato, para poder adaptarla a cualquier guitarra y sus pastillas son famosas por la calidad. También Seymour Duncan hace réplicas personalizadas, pero cuestan entre 325 y 425 dólares cada una.
Los que se llevan la palma son CCPickups, unos pequeños fabricantes ingleses que se dedican sola y exclusivamente a hacer estas réplicas exactas de las de los años 30.
Os dejo el enlace de CCPickups por si queréis comprar una C.C o simplemente curiosear.
http://www.ccpickups.co.uk/
DIAPASÓN
Esta es una parte de la guitarra a la que no le prestamos mucha atención, pero tiene una gran repercusión en el sonido del instrumento.
Las maderas más usadas para los diapasones de las archtop son el palosanto y el ébano.
Por sistema todos preferimos un diapasón de ébano a uno de palosanto, al ser una madera más cara se supone que es mejor, pero no tiene porqué ser así.
El ébano va a añadir un toque brillante y dinámico al sonido del instrumento, mientras que el palosanto aportará un matiz cálido y más dulce.
Unas pastillas que tiendan a sonar chillonas o estridentes, se verán favorecidas por un diapasón de palosanto, en cambio a las pastillas que suenan oscuras o poco definidas, un diapasón de ébano les sentará mejor, aunque tampoco podemos esperar milagros si las pastillas son malas.
Como resulta infinitamente más fácil cambiar de pastillas que de diapasón, estos detalles deberemos tenerlos en cuenta a la hora de adquirir una guitarra o cuando no estemos satisfechos con nuestro sonido y decidamos cambiar las pastillas.
Recientemente, leyendo una entrevista que le hicieron en la estupenda revista digital cutaway al mismísimo Roger Sadowsky, este hablaba de la importancia de la madera del diapasón, llegando a afirmar que en las guitarras eléctricas sólidas afecta más al sonido que el tipo de madera del cuerpo (!!).
Si lo dijera otro parecería un disparate, pero si lo dice Sadowsky, el constructor de la guitarra que usaba Jim Hall, es para tomárselo en serio. También es cierto en guitarras con caja de resonancia, las maderas que se utilicen para la caja tienen más protagonismo que en sólidas.
Dejo enlace a Cutaway nº 44, donde está la entrevista a Sadowky: http://www.cutawayguitarmagazine.com/revistas/revista-numero-44/
PARA TERMINAR
No conviene olvidar que el 90% del sonido está en las manos del guitarrista.
Salud (y bolos).