Una archtop Fender? Pues si, y diseñada por James D’Aquisto ni más ni menos.
Esta rareza es una de las escasas guitarras de caja que ha fabricado Fender y forma parte de la colección que llamaron «Master Series», compuesta por tres archtop similares estéticamente pero de diferentes gamas. La que vamos a ver es el modelo intermedio, al que llamaron «Élite», los otros dos modelos de esta serie son el «Ultra» de maderas macizas, hecha a mano y sin pastilla, del que se fabricaron poquísimas unidades, y el «Standard» que llevaba dos pastillas, palosanto en lugar de ébano y era más discreto en los acabados.
También fabricaron bajo esta denominación de «Master Series» otros dos modelos de cuerpo sólido, el que llamaron «Sprit» -que unos años después apadrinaría Robben Ford- y el modelo «Flame», las dos en tres calidades: Ultra, Élite y Standard.
Pero situémonos en el tiempo. Estamos en 1984, la marca Fender pertenece a la compañía CBS desde que se la vendió su fundador, Leo Fender, en 1965. Las ventas han caído en picado, producto de la recesión de los 70 en EEUU y de la cada vez más baja calidad de las guitarras Fender. Viendo que ahí no había pasta, CBS decide vender Fender y retirarse definitivamente del mundo de los instrumentos musicales, para regocijo de todos los guitarristas.
Un grupo de empleados de la casa (Fender/CBS) entre los que se encontraba el presidente y el vicepresidente (vamos que no eran dos operarios cualquiera) deciden comprar la compañía y empezar a hacer las cosas bien. Acuden al mejor constructor de archtop del momento, James D’Aquisto, para proponerle que les haga un diseño de una guitarra de caja de calidad y que resulte asequible, D’Aquisto dice que sí y se ponen manos a la obra.
La producción de estas guitarras tuvo que llevarse a Japón, ya que Fender no disponía de infraestructuras para fabricar este tipo de guitarras en Estados Unidos. La compañía japonesa Fujiken Gakki fue la elegida para fabricar estas archtop, ya habían demostrado su buen hacer fabricando las Ibanez de caja, que seguían en plena producción por esos años.
Entre 1984 y 1985 se fabricó una indeterminada cantidad de estas Fender-D’Aquisto, no hay base de datos y es imposible saber cuántas se hicieron. Aunque se dice que se produjo en cantidades limitadas, salieron a la venta unos cuantos miles.
El modelo fue reeditado en 1989 y aguantó hasta 1994, aunque gozan de mejor reputación las de la primera hornada porque se supone que James D’Aquito supervisó la construcción de estas guitarras, pero eso me suena a puro márquetin, probaría unas cuantas, si acaso.
Esta fue una de las guitarras usadas por el gran Jimmy Raney, que tras su muerte en 1995 heredaría su hijo Doug Raney, otro grande. Se puede ver a Doug posando con la Fender D’Aquisto en la portada de su disco «The Backbeat»(1998), grabación que si no habéis escuchado debéis hacerlo, es totalmente recomendable, como todo lo que ha grabado este guitarrista.
También Jim Hall tenía dos de ellas en su arsenal y Tal Farlow poseía otra. Algo debe tener esta guitarra para que estos grandes músicos la tuviesen en cuenta.
Fotos de un catálogo de 1984 de la «Master Series».
Estas fotos están sacadas de una curiosa página web especializada exclusivamente en recopilar información sobre las Master Series de Fender: http://www.masterseriesguitars.com/
CÓMO ES
Lo primero que llama la atención es el estuche. Viendo el aspecto tan normalito que tiene nadie se imaginaría que dentro va esta maravilla.
Es un estuche del montón pero cumple su función, además sirve de camuflaje para no llamar la atención, si bien una guitarra de esta categoría creo que se merece un envoltorio que esté a la altura. Aunque claro, no debemos olvidar que esta guitarra es ahora cuando realmente se valora, en su día era una guitarra bastante asequible y llevaba un estuche normal.
La caja es de maderas laminadas toda ella, la tapa de pícea y los aros y el fondo de arce. Es de 16″ de ancho y 6’98 cm de profundidad, para mí el tamaño ideal. Va bordeada con un binding Blanco-negro-b-n-b
El puente es de ébano, aunque la pieza donde se apoyan las cuerdas parece palosanto, es curioso.
En el resto de elementos de la caja se ve la mano de D’Aquisto. Las efes tienen un diseño original.
El cordal también brilla por su diseño y además las cuerdas hacen tope en una pieza metálica conectada a masa. Cero ruidos.
En la base del cordal hay unas ranuras alargadas para ajustar la altura a nuestro gusto, aunque no queda mucho margen de maniobra.
El golpeador lleva el sello de D’Aquisto y es muy parecido al que montan las guitarras Heritage, sin duda inspirados en D’Aquisto. Se puede aprecia que la parte que queda a la vista está tintada para homogeneizar y oscurecer el ébano.
Los mandos de los potenciómetros son también de ébano.
Pese a estos elementos de diseño, el conjunto de la caja tiene una estética de archtop clásica. Son pequeños detalles refinados que no recargan nada la imagen de esta guitarra, ahí está el gusto.
El acabado está hecho en poliuretano, una capa muy fina que se ha resquebrajado con el paso del tiempo. No olvidemos que, pese a estar impecable, esta señorita tiene ya sus 31 años.
Por lo que he podido averiguar, este craquelado (grieta más bien) es bastante común en estas guitarras, de hecho he visto alguna más con grietas en el barniz. Se podría reparar sin problemas, pero su dueño ha preferido no hacerlo y respetar el barniz original. Retocar la pintura original en un instrumentos de estas características hace que pierda mucho valor para los coleccionistas. Además, el craquelado del barniz no supone ningún peligro para el instrumento ni es síntoma de una raja en la tapa, que es de maderas laminadas. Tampoco afecta a la sonoridad, es una tara meramente estética.
El mástil es de tres piezas de arce y tiene el perfil en «C», tirando a fino pero sin pasarse. Es muy cómodo.
Diapasón en ébano con binding b-n-b. Veinte trastes finos y muy bajos, con cantos acabado con el mismo binding tipo 175, pero un trabajo impecable, de los mejores que he visto. Los marcadores con forma de bloques son de nácar sintético.
Cejuela también de material sintético y con un apoyo mínimo para las cuerdas.
La pala también tiene su toque de diseño. El perfil de la pala es irregular, de forma que es más ancha en su base que donde termina, exactamente medio centímetro menos. No sé qué fin tendrá este cambio de grosor, pero es una muestra de que no se escatimaron horas de trabajo en estos instrumentos.
Las clavijas son Schaller y están diseñadas especialmente para esta «Master Series».
El acabado en todas las piezas de la guitarra es impecable.
CÓMO SUENA
La única pastilla que lleva es una Schaller diseñada especialmente para todos los modelos de la «Master Series». Se nota que buscaron hacer un diseño exterior diferente, más refinado.
La cubierta de plástico negro le da un aspecto curioso, a mi no me desagrada pero es un poco rarillo.
Lleva tres prácticos tornillos para ajustar la altura, en lugar de dos como suele ser corriente, Schaller siempre cuida este detalle en sus humbuckers.
El marco de la pastilla, también de diseño, va pegado en la madera. Todo muy sólido.
Me habría gustado sacar el marco para ver el perfil del laminado y saber de cuantas piezas es pero estaba muy bien pegado y preferí no tocarlo por si lo hacía pedazos, que estos japoneses cuando pegan una cosa la pegan bien.
El sonido de esta guitarra es particular y de una gran calidez. Suena con voz propia, tiene personalidad y esto es digno de mención, sobre todo después de probar tantas archtop que suenan todas casi igual.
Recién enchufada al Polytone y sin ecualizar, con todos los controles de tono a la mitad y los dos potes de la guitarra abiertos al máximo, el sonido es sorprendentemente caliente y definido. Solamente bajando un punto el volumen de la guitarra obtuve el tono que quería, así de sencillo.
Cabe destacar el equilibrio que tiene entre graves y agudos, todo en su justa medida. Al rasguear un acorde se pueden apreciar claramente todas las notas con mucha definición. Es una gozada hacer «compings» con esta guitarra.
La pastilla tiene una salida de 8’6 K.
CONCLUSIONES
A pesar de que se suele considerar esta guitarra como una pieza para coleccionar y pese a su edad -30 años ya- este es un instrumento para estar en manos de un guitarrista que la haga vibrar y le saque partido. También cuenta que se fabricaron muchas y esto le resta valor para los coleccionistas, si bien es cierto que no suelen verse a la venta.
Este tipo de instrumentos tienen la ventaja de que no pierden valor en el mercado de segunda mano, más bien al contrario, se revalorizan con el paso de los años.
Si te da igual que en la pala ponga Fender -aunque también pone D’Aquisto- esta puede ser tu guitarra, sin duda. Y como la pruebes no vas a quererla soltar.
Tras la muerte de James D’Aquisto y su posterior nombramiento como «el Antonio Stradivarius de las archtop» todo lo que llevaba su nombre se revalorizó, esta guitarra también, aunque solo fuese diseñada por el.
RESUMEN DE DATOS TÉCNICOS
- Caja: 16″. Tapa de pícea laminada, aros y fondo de arce laminado.
- Ancho: 6’98 cm.
- Mástil: Arce, de tres piezas. Ancho de hueso 43 mm.
- Diapasón: Ébano.
- Escala: 24’75»
- Radio: 12″
- Clavijas: Diseño original para esta serie.
- Trastes: 22, finos.
- Pastillas: Schaller diseño original para esta serie.
- Controles: Volumen y tono.
- Puente y cordal: Ébano.
- Peso: 2’7 Kg.
FOTILLOS
Pincha sobre la imagen para verla más grande.
VÍDEOS
Grabado con micro SENNHEISER e906.
Tarjeta de sonido Edirol FA-66.
Sonido sin procesar.
Audio en MP3, a 192 kbps. Es aconsejable escucharlo con auriculares, si no tienes unos buenos altavoces en tu PC.
El amplificador usado para esta prueba es un Polytone Mini Brute III y la reverb un pedal Hardwire RV7.
Gracias a…
Eddy Berte, una vez más. Al final tendré que hacer un apartado que se llame «Las guitarras de Eddy» 🙂
**************************
Con esta review empezamos el «curso» 2015-16, después de una merecida y calurosa pausa estival que he aprovechado para probar y grabar estupendas guitarras que ya os iré mostrando poco a poco.
Que seáis muy felices y paséis pronto la depre post-vacacional, el que haya tenido vacaciones.
Salud y bolos frescos!